Al observar nuestro entorno, muchas veces damos por sentado que los objetos a nuestro alrededor son inertes, sin vida propia, ciertamente, esto no aplica directamente sobre animales, vegetales y así sucesivamente, en definitiva, a medida que asumimos la simpleza de muchas de las cosas que están a nuestro alrededor, nos olvidamos de los complejos procesos que los rigen y dan forma a estas. Vemos un árbol que con gracia se mece al viento, como las aves flotan en el aire, o como las hormigas caminan grandes distancias para encontrar el alimento y que coordinadamente protegen sus hormigueros. Entonces, nada es estático, todo es dinámico.
Por estos días, la tecnología nos permite crear cosas que alguna vez soñamos, en esa ocasión desprovistos de circuitos, energía suficiente para construirlos. Les dejamos un ejemplo, de como las ideas dinámicas invaden la arquitectura, edificios, puentes, ventanas cobran vida a nuestro alrededor.